Dolors Liria
Se acabó el verano, y parece una sensación bastante compartida que este año se nos han quedado cortas las vacaciones, que está costando más que nunca arrancar de nuevo.. Unas vacaciones por otro lado atípicas en el mejor de los casos, accidentadas en otros y por desgracia, en ocasiones inexistentes. Muchas personas llegaron a ellas en baja forma y con un desgaste emocional importante.
Las vacaciones son una época importante de la vida, muy necesaria para reparar el cansancio físico y psicológico de tantos meses trabajando, planificando, organizando, gestionando… Es el momento de
desconectar, de disfrutar y de descansar, para poder empezar el nuevo curso con energía e ilusión. Pero en la situación actual, parece que muchos de nosotros llegamos sin haber podidodesconectar y descansar del todo.
En general, podríamos decir que estas vacaciones han sido más raras que nunca, y que en muchos casos no han cumplido del todo con esta función reparadora (en otros, afortunadamente, seguro que sí). La información sobre los rebrotes, el número de contagios, las medidas de protección,
la inminente crisis económica, la incógnita de la vuelta al cole de nuestros hijos, y de si vamos a poder trabajar y en qué condiciones.. son ideas inquietantes que condicionan el modo en que nos situamos ante el futuro inmediato. La manera en que nos afectará todo esto también va a depender de cómo hayamos vivido los meses anteriores, y como decía, de cuán reparadoras hayan podido ser nuestras vacaciones.
Una de las principales recomendaciones es que aprovechemos al máximo los días de descanso que nos queden, pero no perder de vista que tras las vacaciones, podemos seguir tomándonos el fin de semana como un espacio de desconexión necesaria para reparar y descansar.
Es más importante que nunca vivir el presente, ir tomando cada día y cada escenario a medida que lleguen y aceptar que, durante un buen período de tiempo todavía vamos a estar sometidos a cambios, a veces muy importantes, en nuestra vida.
Los/las psicólogos/as no nos cansamos de repetir y no es casualidad, lo importante que es estar informados pero no sobre-informados. Y que la información sea fiable y veraz. No podemos vivir al margen de lo que está pasando, ni siquiera sería sano, pero tampoco podemos estar permanentemente conectados. Muchas de estas informaciones nos hablan de cosas que no están en nuestras manos, en cambio, muchas cosas de nuestra vida continuaran dependiendo de nosotros, y es en estas en las que tenemos que poner el foco.
Nos esperan meses complicados, especialmente para las familias con niños y mayores al cargo, por lo que es conveniente que nos cuidemos para poderlos cuidar y para poder gestionar los múltiples cambios de planes que puedan sobrevenirnos en función de cómo se desarrollen los acontecimientos.
Dormir, comer de manera saludable, mantener espacios de ocio, en definitiva cuidarnos. Seguramente parece obvio, pero en muchas ocasiones descuidamos esta parte, y es muy importante para nuestra salud física y psicológica, para nuestro equilibrio emocional, que a su vez nos ayudará a ponernos delante de las dificultades de una manera más constructiva y saludable.
Y no perder de vista que en la actualidad ya podemos decir que todos tenemos cierta práctica en esto de adaptarnos a cambios importantes, lo hemos tenido que hacer, quien más y quien menos, lo ha hecho. Así que no olvidemos que esta experiencia vivida la llevamos en nuestra “mochila” de recursos de cara a lo que vendrá. En los momentos más críticos podemos mirar dentro de la mochila y ver qué nos funcionó en situaciones similares.
En cualquier caso, si en algún momento nos sentimos realmente muy sobrepasados, y el malestar y la angustia nos limita nuestra vida cotidiana, siempre podemos pedir ayuda a un profesional.